PRETRATAMIENTO
1. OBJETIVO GENERAL
El primer paso en la depuración del agua residual ha de consistir, lógicamente,
en una eliminación de materias gruesas, cuerpos gruesos y arenosos, cuya presencia
en el efluente perturbaría el tratamiento total y el eficiente funcionamiento
de las máquinas, equipos e instalaciones de la estación depuradora.
Consta el pretratamiento de los siguientes procesos:
2. REJILLAS DE DESBASTE
El desbaste se realiza por medio de rejillas (rejas, mallas o cribas), y tiene
como objeto retener y separar los cuerpos voluminosos flotantes y en suspensión,
que arrastra consigo el agua residual.
Se consigue así:
Puede decirse que, salvo excepciones, la instalación de rejillas de desbaste
es indispensable en cualquier depuradora, retirando al máximo las impurezas
del agua para su eliminación directa, compactadas o no, en vertederos de residuos
sólidos, o por incineración.
La elección del tipo de rejas a colocar es una de las principales decisiones
a tomar en el diseño de toda estación depuradora. Cuanto menor sea
el tamaño de la depuradora, tanto más fiables deberán ser todos
los equipos mecánicos.
Las rejillas pueden clasificarse, con arreglo a distintos criterios, en:
Por razones de mantenimiento y explotación es recomendable evitar la colocación de rejas de limpieza manual. Hoy en día ya existen en el mercado para dimensiones de 500 habitantes equivalentes, rejas provistas de sistema automático de limpieza y extracción de residuos a un contenedor que dan excelentes resultados. El automatismo del sistema limpiador puede ser regulado.
Sí se recomienda no obstante la colocación de una reja de seguridad
manual (separación entre barrotes 100 mm) para que en caso de fallo del sistema
de limpieza automática de la reja, no se produzcan inundaciones.
Aunque no existe un criterio único para la delimitación de los tipos
de rejillas finas medias o gruesas, se pueden considerar como rejillas finas aquellas
en que la separación libre de aberturas es inferior a 1,5 cm.
La distancia entre barras, en las llamadas rejillas de separación media, oscila
entre 1,5 y 5,0 cm. Son las más empleadas en la actualidad, puesto que retienen
la mayor parte de las sustancias arrastradas que no pueden eliminarse por sedimentación.
Para el desbaste grueso del efluente se emplean rejas de abertura entre 5,0 y 10
cm cuya limpieza se suele realizar manualmente. Se colocan en la llegada del colector
a la estación depuradora, sirviendo como pretratamiento respecto a la rejilla
media colocada a continuación.
El parámetro de control fundamental en la comprobación de rejillas
es la velocidad de paso del agua entre los barrotes.
Se recomiendan las siguientes velocidades de paso a caudal medio:
Vr(Qm) > 0,6m/s.
Vr (Qm) < 1,0 m/s (con limpieza a favor de corriente).
Vr (Qm) < 1,2 m/s (con limpieza en contracorriente).
El volumen de materias sólidas retenidas en las rejas y sus características quedan reflejadas en las tablas 2.4 y 2.5.
Tabla 2.4. VOLUMEN DE MATERIAS RETENIDAS EN REJILLAS
Tabla 2.5. CARACTERÍSTICAS DE LAS MATERIAS RETENIDAS EN REJILLAS
El destino de los residuos retenidos en las rejillas puede ser:
Calculado el ancho del canal de entrada a la planta en función del caudal
de diseño, para evitar un aumento de la velocidad de paso como consecuencia
de la colocación de unas rejillas (con la consecuente reducción de
la sección de paso) será necesario el establecer un sobreancho del
canal en el punto de colocación de las rejas.
El ancho del canal en la zona de rejillas puede calcularse por la fórmula
siguiente:
b=((c/s) - 1) · (s+a)+s
donde:
a: ancho de los barrotes de la rejilla (mm)
b: ancho del canal en la zona de rejilla (mm)
c: ancho del canal de entrada (mm)
s: separación útil entre barrotes (mm)
Fig. 2.26. Pérdida de carga en rejillas
Debe preverse un porcentaje de atascamiento del 10 al 40% y, en redes unitarias,
posibles obstrucciones por aporte elevado de sedimentos durante el comienzo de las
lluvias.
Las pérdidas de carga pueden determinarse según el gráfico de
la figura 2.26.
Un tipo de rejilla vertical queda reflejada en la figura 2.27. y en el cuadro de
características de la tabla 2.6.
Fig. 2.27. Rejilla vertical
2.4.3. TAMICES
Afinando el proceso de eliminación de residuos sólidos, se llega
a la utilización de tamices con separación libre entre barras hasta
de 0,2 mm, siendo los normalmente utilizados los de separación de 1 mm. Se
busca igualmente un sistema sencilIo autolimpiable, que permita sustituir en muchos
casos los desbastes, la eliminación de arenas gruesas y hasta porcentajes
del 30% de grasas y sobrantes. El proceso es estrictamente físico.
Los tamices pueden clasificarse en estáticos y rotativos:
- Tamices estáticos
El núcleo fundamental de la unidad es el conjunto de barras o hilos del tamiz. La disposición de alambres transversales con curvas sinusoidales en el sentido del flujo proporciona una superficie relativamente no atascable con alto poder de filtrabilidad.
Los tamices están hechos de acero inoxidable y las aberturas libres de 0,2 a 1,5 mm satisfacen la mayoría de las necesidades de tamizado. Para fines especiales se pueden utilizar aleaciones inoxidables resistentes al desgaste y más duras.
Las dimensiones normalizadas y capacidades pueden verse en la Fig. 2.28.
Tabla 2.6. REJAS VERTICALES
- Tamices rotativos
El funcionamiento de los tamices rotativos puede comprenderse fácilmente mediante las figuras 2.29. y 2.30. Sus dimensiones y características se incluyen en las tablas 2.7 y 2.8.
Tabla 2.7. CARACTERÍSTICAS DIMENSIONALES DE LOS TAMICES ROTATIVOS
Fig. 2.28 Dimensiones de tamices estáticos
Fig. 2.29 Esquema de un tamiz rotativo
Tabla 2.8. CAPACIDAD (EN m3/h)
SEGUN SEPARACION ENTRE BARRAS (EN mm).
Fig. 2.30. Tamiz rotativo. Características dimensionales.
1. Entrada
2. Cilindro
3. Motor
4. Lámina de limpieza
5. Depósito
6. Conducto de vaciado
Documento anterior Documento siguiente Índice