Para que la empresa se halle en equilibrio financiero, los ingresos anuales medios por ventas han de ser suficientes para hacer frente al pago de los gastos corrientes del ejercicio (valor de las materias primas y demás inputs productivos, sueldos y salarios y gastos generales), compensar la parte del capital productivo consumida (amortizada) durante el ejercicio y pagar los intereses del capital tomado en préstamo. Deberá quedar además un remanente con el que, una vez pagado el impuesto que grava la renta de la empresa, se pueda remunerar conve­nientemente el capital propio y al empresario.