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Mantenimiento de las plantas

 

INTRODUCCIÓN

Puesto que una de las principales ventajas de la depuración por lagunaje es su simplicidad operativa, a menudo se piensa que el mantenimiento de las plantas no es necesario, o se reduce a visitas ocasionales para reparar posibles desperfectos en la obra civil. Sin embargo, la presencia de un operador familiarizado con el proceso, que sea capaz de interpretar los posibles síntomas de mal funcionamiento a medida que aparecen, y tomar las medidas correctoras correspondientes, es decisiva para la buena marcha de la instalación.

Por tanto, el mantenimiento de las lagunas de estabilización se centra en dos aspectos fundamentales:

- Cuidado de la obra civil: limpieza de la unidad de pretratamiento, medidores de caudal, verjas, caminos, jardinería, retirada del fango acumulado en las lagunas, etc.

- Detección de problemas de funcionamiento y adopción de medidas correctoras.

Estos dos aspectos del mantenimiento son complementarios, ya que a menudo el descuido de la obra civil conduce a problemas de funcionamiento. En este capítulo trataremos las medidas a tomar durante la puesta en marcha de la depuradora, los cuidados necesarios para el mantenimiento de la obra civil y las medidas higiénicas que debe tomar el operador para su seguridad y la de otros en la planta depuradora por lagunaje.


PUESTA EN MARCHA DE LAS LAGUNAS DE ESTABILIZACIÓN


El arranque de las lagunas de estabilización puede presentar problemas debido a que los microorganismos responsables de la depuración no aparecen instantáneamente, sino que hace falta un período de tiempo cuya longitud depende de las condiciones ambientales para conseguir que estas poblaciones de seres vivos se desarrollen en las lagunas.

Teniendo esto en cuenta, se pueden tomar algunas precauciones muy sencillas para evitar complicaciones durante la puesta en marcha:

1. Si la planta se ha diseñado para una población superior a la actual, poner en marcha únicamente una parte de la misma. Generalmente el proyecto establece las lagunas que han de intervenir en la depuración en las distintas fases.

2. Las lagunas deben llenarse de agua lo más pronto posible una vez construidas, para evitar que se agrieten debido a las lluvias o que crezcan malas hierbas en el fondo. En cualquier caso, debe eliminarse toda la vegetación del fondo y taludes antes de comenzar el llenado.

3. La construcción de las lagunas debe planificarse de forma que su acabado coincida con la primavera o verano. La mayor velocidad de crecimiento de los microorganismos durante esta época del año facilita la puesta en marcha de la instalación.

Cuando esto no es posible, y la puesta en marcha debe realizarse durante el invierno, hay que tener en cuenta la menor actividad de los microorganismos y proceder al arranque utilizando un período más largo de tiempo.

A continuación veremos los procedimientos para la puesta en marcha de cada uno de los tipos de lagunas.


Lagunas anaerobias

Las lagunas anaerobias deben llenarse y comenzar a utilizarse en continuo desde el principio, respetando el intervalo de tiempo de residencia establecido por el proyectista. Por tanto, la puesta en marcha consistirá simplemente en el llenado de los distintos módulos, y una vez completado éste, comenzar a alimentar el efluente a la etapa siguiente.

Durante el llenado de las lagunas anaerobias y los meses siguientes debe vigilarse la evolución del pH, que debe mantenerse por encima de 7. En caso contrario, la depuración no se está produciendo correctamente. Cuando esto ocurre se pueden tomar las medidas siguientes:

- Introducir una siembra de bacterias metanígenas procedentes de los digestores anaerobios de una depuradora convencional de aguas residuales.

- Corregir el pH del medio utilizando lechada de cal.

Ninguna de las lagunas anaerobias que funcionan actualmente en España ha presentado problemas durante la puesta en marcha.


Lagunas facultativas

El procedimiento que ha dado mejores resultados en las lagunas de estabilización españolas consiste en llenar las lagunas hasta una altura de aproximadamente un metro y dejar almacenada esta agua durante un periodo de quince-treinta días, dependiendo de las condiciones climáticas. Cuando aparece la coloración verde intensa indicativa del desarrollo de fitoplancton, se procede a completar el llenado de las lagunas y a comenzar su funcionamiento en continuo.

 



Foto 9.1. Detalle de una laguna facultativa en el que se observa
su coloración característica (cortesía de TRAGSA).



Durante el período de llenado, por tanto, es necesario hacer el by-pass de una parte del efluente de las lagunas anaerobias, que se desvía hacia la salida de la planta. Siempre es preferible verter un efluente de poca calidad en forma transitoria, mientras tiene lugar la puesta en marcha, que proceder apresuradamente a poner en funcionamiento continuo toda la planta y originar problemas de sobrecarga, más difíciles de corregir.

Si hay más de una laguna facultativa operando en paralelo, el llenado se hace escalonadamente, respetando siempre el período de tiempo necesario para que aparezca la coloración verde intensa en cada una de las lagunas antes de iniciar el tratamiento en continuo.


Lagunas de maduración


Una vez que las lagunas facultativas están operando en continuo, el efluente se introduce en las lagunas de maduración hasta que éstas se llenan, comenzando inmediatamente el funcionamiento en continuo. Al igual que ocurre con las lagunas anaerobias, nunca se han detectado problemas durante la puesta en marcha de las lagunas de maduración en España.


CUIDADO DE LA OBRA CIVIL

El mantenimiento de la depuradora en buenas condiciones debe ser uno de los objetivos fundamentales del operador. Al igual que ocurre con cualquier instalación, si no se cuida diariamente de que esté limpia, y se van reparando los desperfectos a medida que se van produciendo, en poco tiempo la planta se deteriora y envejece. En el caso concreto de una planta de tratamiento de aguas residuales surgen también problemas higiénicos para la población.

El operador, por tanto, debe ser consciente de que su trabajo es muy importante para la comunidad, y de que es responsable de posibles amenazas a la salud pública que puedan derivarse de un mantenimiento incorrecto de la planta.


Limpieza del área de pretratamiento


Como hemos visto en capítulos anteriores, la mayor parte de las lagunas de estabilización cuentan al menos con un sistema de desbaste mediante rejas, con el que se eliminan los sólidos de mayor tamaño arrastrados por las aguas residuales. Con menos frecuencia, el pretratamiento consta también de una cámara de grasas, tamices o desarenador. Cada una de estas unidades requiere cuidados especiales que veremos a continuación.

En las rejas de limpieza mecánica los sólidos acumulados van siendo eliminados periódicamente, y se acumulan en un contenedor, desde donde deben ser retirados por el operador. Si las rejas son de limpieza manual, esta eliminación debe efectuarla el operador, utilizando para ello un rastrillo que encaja entre los barrotes.

Es muy importante la disposición de las rejas en el canal de aguas residuales, ya que a veces es muy incómodo para el operador su limpieza debida a la falta de espacio para maniobrar. Si el diseño ha sido tal que es necesario efectuar acrobacias para limpiar las rejas, es conveniente informar a las autoridades competentes y exigir la realización de las obras oportunas para evitar posibles accidentes.

Tanto en las rejas de limpieza manual como automática se recogen una serie de sólidos de naturaleza diversa, que pueden dar lugar a serios problemas para la salud si no se entierran lo antes posible. Por ejemplo, estos sólidos húmedos son un buen criadero de mosquitos y roedores si se dejan acumulados en montones al aire libre.

Los proyectistas de las depuradoras deben asignar un área para el enterramiento de estos desechos sólidos. Si esto no estaba previsto en el proyecto original, el operador debe ponerlo en conocimiento de las autoridades competentes para que se habilite esta zona lo antes posible. A veces se decide incorporar estos residuos sólidos al vertedero municipal de basuras. En este caso, hay que suministrar un medio adecuado de transporte para que los sólidos puedan retirarse diariamente de la planta depuradora, evitando siempre su almacenamiento a la intemperie. Esta opción puede resultar preferible, en especial cuando el municipio cuenta con vertederos controlados, ya que de esta forma disminuyen los riesgos de contaminación de aguas subterráneas.

Las rejas de limpieza automática requieren cuidados especiales, porque tienen partes móviles que deben lubricarse periódicamente para evitar atascos. Normalmente estos equipos vienen acompañados por instrucciones del fabricante que hay que procurar seguir escrupulosamente.

El mantenimiento diario es muy sencillo y requiere sólo unos minutos, mientras que si se deja que aparezcan problemas, éstos pueden necesitar atención técnica especializada y requerir semanas o incluso meses para volver a poner las rejas en marcha.

A veces se observa la acumulación de sólidos que el sistema automático no es capaz de eliminar. En este caso se debe proceder a su retirada manual mediante rastrillo, antes de los cual ha de desconectarse el equipo. Es muy importante recordar siempre que no se debe manipular ningún aparato automático sin desconectarlo previamente.

Al igual que en el desbaste mediante rejas, los sólidos deben eliminarse al menos una vez al día. Dado que la planta suele tener un sistema de rejas previo al tamiz, lo más sencillo es proceder a la limpieza conjunta de ambos y reunir los sólidos separados por uno y otro método. El destino final de esos sólidos debe ser su enterramiento en el menor intervalo de tiempo posible.

Los desarenadores instalados en lagunas de estabilización son prácticamente siempre de flujo horizontal. Las arenas y otros materiales pesados se acumulan en el fondo del desarenador, desde donde se van eliminando bien automáticamente o en forma manual. Si el desarenador dispone de limpieza automática, hay que seguir las instrucciones suministradas con el equipo y cuidar de que su lubricación y ajuste sean correctos en todo momento. Si la limpieza ha de hacerse manualmente, hay que tener grandes precauciones con posibles resbalones y con los gases que pueden acumularse en instalaciones cubiertas.

La limpieza manual se lleva a cabo mediante palas de mano. Esta operación se facilita grandemente cuando se cuenta con dos unidades para el desarenado, con lo cual se deja fuera de servicio la que se está limpiando. Aunque en el diseño de los desarenadores se ajusta la velocidad del agua residual de forma que sedimente sólo la materia inorgánica, las fluctuaciones de caudal pueden dar lugar a variaciones de velocidad que resulten en la sedimentación de materia orgánica. Por consiguiente, los sólidos acumulados en los desarenadores tendrán un carácter predominantemente inorgánico, pero con cierto contenido en materia orgánica, que será mayor si no se puede controlar en modo alguno la velocidad del agua residual a su paso por esta unidad de pretratamiento y el caudal tiende a variar mucho durante el día (como ocurre en pequeñas poblaciones).

El contenido en materia orgánica tiene mucha importancia a la hora de eliminar estos sólidos. Si se desea utilizar estas arenas, o acumularías al aire libre en los alrededores de la planta, es necesario someterlas a un proceso de lavado con agua para eliminar los residuos orgánicos. En caso contrario surgirían inmediatamente riesgos para la salud, con proliferación de insectos, roedores y desarrollo de malos olores.

La operación de lavado puede realizarse simplemente con una manguera a presión, separando la materia orgánica, que debe eliminarse por los mismos métodos utilizados en el caso de los tamices y rejas. Si no interesa recuperar las arenas, la mezcla de materia orgánica e inorgánica producida en los desarenadores debe unirse a los sólidos procedentes de las otras unidades del pretratamiento y enterrarse o llevarse al vertedero municipal.

La frecuencia en la limpieza de estas cámaras debe ajustarse a la cantidad de materias retenidas, y depende del agua residual propia de cada zona. Es conveniente retirar el material acumulado diariamente y enterrarlo junto a los sólidos provenientes de las otras etapas del pretratamiento.

 

 


 

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