Limpieza de los medidores de caudal

Las lagunas de estabilización suelen contar con un canal Parshall para la medida de caudal, que puede estar situado a la entrada o a la salida de la planta. Es esencial mantenerlo limpio de acumulaciones de residuos, ya que de lo contrario las lecturas de caudal son erróneas. Esta limpieza debe efectuarse una vez a la semana, y los sólidos recogidos deben eliminarse en la misma forma descrita para las distintas etapas del pretratamiento.


Limpieza de conducciones y arquetas de reparto


Todas las conducciones del agua residual entre los distintos elementos de la planta de depuración por lagunaje deben mantenerse limpios, eliminando para ello los depósitos de materia sólida que puedan ir acumulándose. Estos sólidos deben enterrarse prontamente después de ser retirados de las conducciones.

 



Foto 9.2. Impermeabilización de lagunas.




Foto 9.3. Distancia de seguridad entre las plantas en el talud interior de
una laguna facultativa y la lámina de agua (cortesía de TRAGSA)

 


Las arquetas de reparto deben ser objeto de especiales cuidados, ya que la acumulación de sedimentos en ellas provoca que los caudales que pasan a las lagunas se vayan desviando de los valores de proyecto, con lo que finalmente se provoca el mal funcionamiento de la planta depuradora.

La inspección de las arquetas de reparto y las conducciones de entrada y salida a cada laguna debe llevarse a cabo diariamente, para vigilar si existen plásticos, costras, hojas, trapos u otras materias que hayan accedido a la depuradora y puedan originar obstrucciones. Como regla general, debe efectuarse la limpieza de estos elementos una vez por semana, siempre que la inspección diaria muestre la presencia de materiales acumulados y después de lluvias.

Si la planta cuenta con aliviaderos para aguas de lluvia, hay que inspeccionarlos regularmente, al menos una vez al mes en tiempo seco, y al final de cada episodio lluvioso, para asegurarse que están libres de obstrucciones y están en condiciones de cumplir su misión correctamente.


Mantenimiento de taludes


Los taludes son los elementos de la planta de depuración por lagunaje más sensibles al deterioro y donde éste resulta más visible. Los cuidados que requieren dependen del material del que estén formados. En principio, las lagunas pueden contar o no con una impermeabilización en función del terreno en el que están construidas.

En lagunas impermeabilizadas con lámina de PVC que resiste la intemperie hay que inspeccionar la cubierta impermeable de los taludes interiores para detectar posibles deterioros y desgarros.

Cuando la impermeabilización se lleva a cabo con una lámina de plástico recubierta con una capa de tierra es fundamental evitar el desarrollo de plantas que puedan perforar esta lámina, y servir de soporte para el desarrollo de mosquitos y otros insectos.

Los taludes de tierra pueden también resultar dañados por animales que construyan sus madrigueras en ellos y por la escorrentía provocada por las lluvias. El operador debe inspeccionar los taludes para detectar señales de erosión, desarrollo de grietas y agujeros causados por animales. Las medidas a tomar son las siguientes (W. H. O., 1987):

- Rellenar las grietas con tierra, y a ser posible con arcilla, y seguidamente igualar el terreno y compactarlo.

- Eliminar las malas hierbas que crecen en los taludes, en especial las plantas acuáticas.

- Si por razones estéticas se ha dotado a la depuradora de jardinería, hay que mantener una distancia mínima de 30 centímetros entre el nivel máximo de agua en las lagunas y las plantas cultivadas en los taludes interiores.

- Si existen zonas arboladas en las proximidades de la planta, hay que impedir el desarrollo de árboles próximos a las lagunas, y nunca deben cultivarse setos alrededor de éstas.


Mantenimiento de caminos, verjas y otros elementos de la planta depuradora


La planta depuradora debe en todos los casos estar rodeada por una verja. Normalmente ésta consiste en una valla metálica, que deja libre acceso al viento. Es importante que la valla no actúe de cortavientos, es decir, hay que evitar las vallas de obra.

El operador debe inspeccionar la valla periódicamente, aproximadamente una vez a la semana, recorriendo todo el perímetro para detectar daños en los postes o el alambre. Los posibles deterioros deben ser arreglados inmediatamente. Es muy importante mantener el recinto bien aislado para impedir la entrada de niños y evitar así posibles accidentes.

Los caminos de acceso a la planta deben mantenerse en buen estado. Si no están asfaltados o al menos dotados de una cubierta de grava deben vigilarse para evitar el crecimiento de malas hierbas y la formación de charcos en períodos de lluvia.

En terrenos arcillosos es conveniente que los caminos tengan un buen acabado, ya que de lo contrario puede quedar cortado el acceso a la planta en tiempo lluvioso. Los caminos interiores deben mantenerse siempre libres de malas hierbas. Si el acabado es de gravilla, hay que mantenerla en buen estado y libre de crecimientos de hierbas. Si se producen grietas o desperfectos ocasionados por las lluvias hay que repararlos inmediatamente, al igual que en el caso de los taludes.

Cuando la depuradora se encuentra en la ladera de una montaña se pueden originar arrastres de tierra en época lluviosa, que se acumulan en los caminos y pueden alcanzar las lagunas. Hay que vigilar estos arrastres y eliminarlos tan pronto como se producen. Si es necesario, el operador debe informar a las autoridades competentes sobre la conveniencia de asegurar el terreno de la ladera para evitar estos arrastres.

Casi todas las plantas de depuración por lagunaje cuentan con una caseta donde los operarios guardan las herramientas. Si no se dispone de agua corriente, hay que instalar al menos un depósito de agua limpia y disponer de bombonas de lejía para mantener el recinto y los utensilios en buen estado de desinfección. Además de las cuestiones de higiene que trataremos con más detalle en el apartado siguiente, la caseta debe también cuidarse y mantenerse en buen estado, inspeccionándola para detectar desperfectos y reparándolos cuando éstos surjan.


Retirada de los fangos de las lagunas anaerobias


Las lagunas anaerobias se construyen de forma que el fango pueda acumularse en el fondo durante un período de tiempo bastante largo (tres-seis años) antes de que sea necesaria su limpieza. La retirada del fango puede acometerse por las llamadas técnicas en seco o en húmedo. La elección de una u otra depende de la disponibilidad de otras unidades en paralelo que permitan paralizar la laguna a limpiar durante un tiempo considerable.

El principal inconveniente de este tipo de limpieza es el importante volumen de fangos obtenidos, que hay que secar antes de que sea posible su utilización, para lo que hay que disponer de unas eras de secado. Este método tiene que utilizarse cuando no se dispone de ninguna otra unidad que reemplace durante la operación de limpieza a la laguna anaerobia, por lo que mientras ésta se lleva a cabo hay que efectuar un by-pass. En estas condiciones, la retirada de los fangos debe hacerse lo más rápidamente posible. Cuando se utiliza este método se considera que hay que proceder a la retirada de los fangos cuando éstos ocupan la mitad del volumen de las lagunas.



Limpieza de los fangos acumulados en lagunas facultativas


Cuando la instalación no cuenta con lagunas anaerobias, es decir, el agua residual cruda alimenta directamente una laguna facultativa, se produce una acumulación de fangos en el fondo de ésta que hay que eliminar periódicamente. Puesto que las lagunas facultativas son normalmente mucho mayores que las anaerobias, la retirada del fango se suele hacer paralizando la laguna a limpiar cuando se ha producido una acumulación de 50-100 centímetros de fango, vaciando el agua almacenada y dejando secar por evaporación el sedimento. La mayor superficie de fondo desaconseja el uso de las técnicas de retirada de fango en húmedo comentadas para las lagunas anaerobias.


MEDIDAS HIGIÉNICAS

A pesar de que el operador sabe perfectamente que está trabajando en una planta de tratamiento de aguas residuales, y que éstas pueden ser un foco infeccioso, es normal que con el paso del tiempo «pierda el miedo» y olvide el carácter de riesgo para la salud que su trabajo puede adquirir si no se toman algunas precauciones básicas. Precisamente cuando se alcanza este punto, la probabilidad de que surjan accidentes aumenta en gran medida. Por esta razón, es aconsejable colocar en algún lugar bien visible una lista de instrucciones higiénicas que sirvan de recordatorio de que existe un riesgo real que afortunadamente es fácil de prevenir.

Las medidas de seguridad que se enumeran a continuación han sido recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para operadores de lagunas de estabilización (W. H. O., 1987):

1. La planta depuradora debe contar siempre con un depósito de agua limpia, jabón y bombonas de lejía. Es aconsejable utilizar toallas desechables de papel, para evitar que debido a la necesidad de transporte para la limpieza de las toallas de tela éstas permanezcan demasiado tiempo sin lavar.

2. La depuradora debe contar con un botiquín en el que se incluya, como mínimo, esparadrapo, algodón, alcohol, mercromina o similar (Vigencial), una disolución detergente desinfectante (Armil, Lactacyd, etc.), tijeras y pinzas. También es conveniente que el operador disponga de algún liquido repelente para evitar las picaduras de mosquitos u otros insectos.

3. El operador debe disponer de guantes y botas de goma, casco de trabajo y al menos dos monos. Todas las prendas utilizadas en la depuradora deben permanecer en ella al finalizar la jornada laboral.

4. Siempre que se vaya a comer a beber, o incluso encender un cigarrillo, hay que lavarse las manos. Si se hace alguna comida en el recinto de la depuradora, hay que designar un área de ésta para este fin, y evitar en todo momento comer a la vez que se está efectuando alguna labor que pueda ocasionar el contacto de la comida con algún elemento que haya estado en contacto a su vez con aguas residuales o fangos. Si es posible, es preferible evitar las comidas en el interior del recinto.

 


TABLA 9.1
Medidas de seguridad en lagunas de estabilización (adaptado de Organización Mundial de la Salud, 1987)

 


5. Todas las herramientas de trabajo deben limpiarse con agua limpia antes de ser guardadas después de su uso.

6. Los cortes, arañazos y abrasiones que pueda sufrir el operador deben desinfectarse inmediatamente después de que se hayan producido.

7. Si la planta dispone de electricidad, y el operador debe también ocuparse del mantenimiento de equipos eléctricos, debe asegurarse de que sus manos, ropas y calzado están secos. Asimismo, debe disponer de guantes y herramientas dotados de aislamiento eléctrico.

8. La entrada de la verja debe mantenerse cerrada incluso cuando el operador está trabajando en el recinto, ya que éste no puede estar pendiente todo el tiempo de posibles visitas, y existe un riesgo importante de caídas en las lagunas, especialmente para los niños. En este sentido, las lagunas más peligrosas son las anaerobias, porque el fango del fondo es pegajoso y hace difícil la salida de una persona que se haya caído en ellas. También es importante recordar los riesgos higiénicos para los visitantes si no están suficientemente informados y tocan las arquetas de reparto u otros elementos de la planta.

9. La planta debe contar con una pequeña embarcación, cuerda y salvavidas.

10. El operador debe vacunarse contra el tétanos y fiebre tifoidea, así como otras posibles enfermedades que indiquen las autoridades sanitarias del área. También debe someterse a un chequeo médico periódico.

11. Antes de empezar su labor como operador, la persona seleccionada para este trabajo debe recibir instrucción en primeros auxilios.

 


 

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